Por Pablo González
Lic. en Filosofía lINTRODUliciCCIÓN
Michel Foucault, filósofo, antropólogo, psicólogo e historiador, nació en Poitiers –Francia- el 15 de octubre de 1926. A partir de 1946, Foucault estudió filosofía occidental y psicología en la École Normale Supérieure de París. Durante ese período conoció a grandes pensadores, entre ellos a Jean Paul Sartre. En 1949, Foucault terminó la carrera de Psicología y recibió su diploma en Estudios Superiores de Filosofía, presentando una tesis sobre Hegel, con la supervisión de Hyppolite.
Foucault fue miembro del Partido Comunista Francés de 1950 a 1953. Su mentor, Louis Althuser[1], lo indujo a ingresar al partido. Salió debido a sus preocupaciones acerca de lo que pasaba en la Unión Soviética bajo Stalin. A diferencia de la mayoría de los miembros del partido, Foucault nunca participó activamente en su célula.
Comenzó su labor de catedrático en la École Normale, en donde su estadía fue sólo por un breve periodo. Posteriormente, aceptó un puesto en la Universidad de Lille, donde enseñó psicología de 1953 a 1954. Este mismo año, publicó su primer libro, Maladie mentale et personnalité, trabajo que desconocería más adelante. Esta época fue muy conflictiva para Foucault, pasando momentos de gran angustia que lo llevaron a tentativas de suicidio, cuyas causas no fueron muy claras.
Durante la década de 1960, encabezó los departamentos de filosofía de las Universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes (conocida de forma oficial como Centro Universitario Experimental de Vincennes).
En 1961 obtuvo su doctorado mediante dos tesis (como se acostumbra en Francia). Su tesis principal se titulaba Folie et déraison: Histoire de la folie à l'âge classique, que fue muy bien recibida. En 1963 publicó Naissance de la Clinique, Raymond Roussel[2] y volvió a publicar su libro de 1954 (titulándolo ahora Maladie mentale et psychologie) del que también renegaría más tarde. Posteriormente, consiguió una cátedra en una Universidad de Túnez. Aquí escribió una de sus obras más importantes: Les Mots et les choses[3].
Todavía estaba en Túnez cuando estallaron las revueltas del Mayo francés[4], y una revuelta local previa tuvo mucho impacto para él. En el otoño del mismo 1968 regresó a Francia y publicó L'archéologie du savoir[5], en 1969, respondiendo así a los críticos de la obra anterior.
Luego del Mayo Francés, el gobierno de Francia creó una nueva universidad experimental en Vincennes. Foucault fue la cabeza del departamento de filosofía en diciembre de ese año, y reclutó principalmente a jóvenes académicos izquierdistas. El radicalismo de uno de ellos, culminó con el retiro de la acreditación del departamento. En esta época, Foucault fue muy conocido por su relación con manifestantes y enfrentamientos con la policía.
Sin embargo, en 1970 fue llamado a ejercer uno de los puestos académicos más prestigiosos en Francia, en el Collège de France, con el título de profesor de Historia de los Sistemas de Pensamiento[6], en donde cada año –según las normas de la mencionada institución- debe exponer los resultados de su investigación.
Foucault ayudó a fundar el Prison Information Group (GIP) para ayudar a los prisioneros a hacer públicos sus reclamos. Este grupo ayudó mucho a Foucault a comprender la realidad de y en las cárceles; permitió que se interesara más en las lecturas sobre ellas y sobre otras instituciones.
Durante las décadas de 1970 y 1980, su reputación internacional creció gracias a las numerosas conferencias y cursos que impartió por todo el mundo. Las principales influencias en el pensamiento de Foucault fueron los filósofos Friedrich Nietzsche y Martín Heidegger. Esta época, la más fructífera, trae consigo la presentación de las obras principales de Michel Foucault: Surveiller et punir: Naissance de la prison[7] (1975) y la interminada obra, Histoire de la sexualite[8].
Foucault murió en París, el 24 de junio 1984 debido a una enfermedad relacionada con el virus del VIH, SIDA. La mayoría de las charlas, conferencias, disertaciones que hizo en vida, fueron editadas póstumamente.
2.- PODER Y SOBERANÍA
¿Qué es el poder? ¿Qué entiende Foucault por poder? ¿Cómo lo analiza? Estas preguntas son necesariamente básicas para estudiar a Foucault. Sin embargo, sería preciso entender lo que este autor rechaza como definición de poder. De lo que, según él, deberíamos desligarnos. Y esta cuestión negada y rechazada es la definición del poder como totalizante, centralizado y totalizador. Es el tema de la soberanía que se posiciona en un aparato específico: el Estado.
Dice Foucault, “la teoría del Estado, el análisis tradicional de los aparatos del Estado no agotan sin duda el campo del ejercicio y del funcionamiento del poder”. (Foucault. Microfísica del Poder, pág.83).
El Estado, aquella institución que tiene por función administrar y organizar la población y el territorio desde el poder, es el punto sobre el cual se acumula el poder. Es el centro desde donde parte el orden y hacia donde tiende el orden. Es el organismo coherente y unitario. Es la unidad configurada desde la suma de voluntades que le otorga la soberanía: la soberanía de gobernar, la soberanía de crear las leyes, de la soberanía absoluta, libre y magnífica. Es la figura del Rey la que inspira a este tipo de poder.
Cuando se realiza la teoría de la soberanía debemos entender tres cosas: primera, que la teoría de la soberanía pretende constituir un proceso que del sujeto al sujeto (súbdito), pretende hacer ver cómo un sujeto –entendido como individuo dotado, naturalmente (o por naturaleza), de derechos, capacidades, etc.- puede y debe convertirse en sujeto, pero entendido esta vez como elemento sometido a una relación de poder. “La soberanía es la teoría que va del sujeto al sujeto, que establece la relación política del sujeto con el sujeto”(Foucault, Defender la sociedad, pág49.
En segundo lugar, la teoría de la soberanía se determina, en el comienzo, una multiplicidad de poderes que no lo son en el sentido político del término, sino que son capacidades, potencialidades, posibilidades, y sólo puede constituirse como tales en el sentido político, con la condición establecer, entre las posibilidades y los poderes, un momento de unidad fundamental y fundadora, que es la unidad del poder. “La multiplicidad de los poderes, entendidos como poderes políticos, sólo puede establecerse y funcionar a partir de esta unidad del poder, fundada por la teoría de la soberanía”. (Defender la sociedad, pág. 49).
Por último, la teoría de la soberanía se propone mostrar cómo puede constituirse un poder desde una cierta legitimidad fundamental, más fundamental que todas las leyes, que es una especie de ley general de todas las leyes y puede permitir a éstas funcionar como tales. “En otras palabras, la teoría de la soberanía es el ciclo del sujeto al sujeto (súbdito), el ciclo del poder y los poderes, el ciclo de la legitimidad y la ley”. (Defender la sociedad, págs. 49-50)
Para Foucault, se continúa concibiendo el poder en relación con un poder siempre jurídico y discursivo, un poder cuyo punto central es la enunciación de la ley. Se permanece sujeto a cierta imagen del poder-ley, del poder-soberanía, que los teorizadores del derecho y los representantes de la institución monárquica crearon. (Cfr. Foucault. Historia de la sexualidad: Voluntad de saber, Tomo I, pág. 109)
Empero, Foucault trata de distanciarse de este tipo de concepción jurídico-discursiva del poder. Además, insiste en “tratar de despegar o liberar este análisis del poder de ese triple elemento previo del sujeto, la unidad del poder y la ley y poner de relieve los operadores del poder”. (Defender la sociedad, pág. 51)
LA CUESTIÓN DEL MÉTODO
Para entender el pensamiento político de Foucault, es importante partir de algunos presupuestos iniciales que ayudarán a comprenderlo mejor. Así cabe preguntarse: el poder, ¿Puede estar centralizado en la economía o solamente en algo o en alguien? ¿Será que el único efecto del poder sea el de la opresión, de la represión y el de la dominación? Foucault responde a este cuestionamiento de la siguiente manera:
“En particular, siempre desconfié de la noción de represión. […] La necesidad de considerar mejor la represión nace de la impresión de que esta noción, tan corrientemente usada hoy para caracterizar los mecanismos y los efectos del poder, es totalmente insuficiente para su análisis.”(Foucault. Genealogía del racismo. pág.26.)
La primera propuesta de Foucault se asienta sobre la base de la duda en cuanto a la noción de la represión como efecto negativo de poder. Sin embargo, no es la única. Existen otras varias consecuencias que pueden extraerse de esta primera. Deleuze, amigo y analista del mismo, menciona seis postulados a tenerse en cuenta a la hora de entender la concepción foucaultiana del poder y que Foucault mismo menciona en varias de sus obras. (Cfr. Deleuze, Gilles. Foucault, págs.51-56)
En primer lugar, la noción del poder como propiedad conquistada por alguien a quien le pertenece. Foucault demuestra que el poder no manifiesta desde la apropiación sino desde los mecanismos, las estrategias, las maniobras que se ejercen sobre los cuerpos. Luego, el postulado de localización. Es decir, el poder sería del Estado, estaría en él y sólo desde él se ejecutarían las maniobras. Sin embargo, el Estado mismo aparece como efecto en conjunto o una resultante de una diversidad de focos, de dispositivos y de núcleos y que constituyen una microfísica del poder.
En tercer término, está el postulado de la subordinación. El poder encarnado en un aparato del Estado estaría subordinado a los modos de producción como infraestructura. Pero toda la economía esta asentada sobre esos mecanismos de poder que actúan internamente en los cuerpos, que ya actúan dentro del campo económico sobre las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Posteriormente, se encuentra el postulado de la esencia. El poder tendría una esencia y cualificaría a aquellos que lo poseen (dominantes) diferenciándolo de aquellos sobre los que se ejerce (dominados). Sin embargo, el poder carece de esencia, es operatorio. No es atributo, es relación que pasa tanto por los dominantes como por los dominados. No existe un punto exacto de donde aflore el exceso de poder. Están diseminadas en todas partes. Tampoco existe un punto de resistencia, existen puntos de resistencia en todas partes de la red de poder.
El quinto postulado es el de la modalidad. El poder actuaría desde la violencia o la ideología. Unas veces reprimiría y en otras engañaría. Empero, la violencia no expresa el efecto de una fuerza sobre otra, de una acción sobre otra. Más bien, tiene la función de serializar, clasificar, ordenar, componer, normalizar. Y por último, el postulado de la legalidad. El poder de Estado se expresaría en la ley, concibiéndose estas unas veces como un estado de paz impuesto por las fuerzas brutas.
Foucault, para comprender las relaciones de poder, parte de la necesidad de analizar un hecho histórico en concreto y de las condiciones que hacen al hecho. Para estudiar el poder, es necesario partir de las estrategias, de aquello que conforman y constituyen los sujetos y los objetos.
“Se trata pues de considerar con seriedad esos dispositivos y de invertir la dirección del análisis; más que de una represión generalizada y de una ignorancia medida con el patrón de lo que suponemos saber; hay que partir de esos mecanismos positivos, productos de saber, multiplicadores de discursos, inductores de placer y generadores de poder; hay que partir de ellos y seguirlos en sus condiciones de aparición y funcionamiento, y buscar cómo se distribuyen, en relación con ellos, los hechos de prohibición y de ocultamiento que les están ligados. En suma, se trata de definir las estrategias de poder inmanentes en tal voluntad de saber.”(Voluntad de Saber, pág92)
En este sentido, analiza no lo que se pueda entender o no de estas instituciones ni tampoco entender el poder desde ellas, sino las condiciones posibilidad que hacen a las mismas. Dice Foucault, que se debería tener en cuenta las condiciones históricas que motivan los conceptos que tenemos sobre los mismos. (Cfr. Foucault. Sujeto y Poder, pág.4)
En estas condiciones se encuentran unas relaciones que parte de la noción de poder. Entonces, son estas relaciones las que atraviesan y construyen las instituciones, y las que le interesan a Foucault. A la sazón, “se trataría de partir de la relación misma del poder, de la relación de dominación en lo que tiene de fáctico, de efectivo, y ve cómo es ella misma la que determina los elementos sobre los que recae. (Foucault. Los anormales. pág.50)
3.- EL EJERCICIO DEL PODER: LOS OPERADORES DE DOMINACIÓN
Así llegamos al punto central del tema que nos interesa: el poder. Fueron ya muchos los presupuestos que hemos visto hasta este momento sobre este tema. Sin embargo, no hemos podido aún definir qué es el poder para Foucault. Dejemos que el propio autor nos diga lo que no es el poder para él:
“Por poder no quiero decir “el Poder”, como conjunto de instituciones y aparatos que garantizan la sujeción de los ciudadanos en un Estado determinado. Tampoco indico un modo de sujeción que, por oposición a la violencia, tendría la forma de la regla. Finalmente, no entiendo por poder un sistema general de dominación ejercida por un elemento o un grupo sobre otro, y cuyos efectos, merced a sucesivas derivaciones, atravesaría el cuerpo social entero. El análisis en términos de poder no debe postular, como datos iniciales, la soberanía del Estado, la forma de la ley o la unidad global de una dominación; éstas más bien son formas terminales”. (Foucault. Historia de la sexualidad: Voluntad de Saber, pág.112)
Para Foucault, el poder es una multiplicidad de relaciones de fuerzas inherentes al dominio en que se ejercen y que son constitutivas de su organización. Es el juego que por medio de luchas y enfrentamientos incesantes las trasforma, las refuerza, las invierte. Son las estrategias que tornan efectivas las relaciones de poder. Por todas partes, en donde existe poder, el poder se ejerce. (Cfr. Voluntad de Saber, págs.112-113).
En este sentido, si el poder es ejercicio ¿En qué consiste este ejercicio? ¿Cómo es ejercido el poder? El poder es la capacidad de afectar y ser afectado. Es la capacidad de poder accionar modificando y alterando la acción del otro. El poder ya no está localizado en algo o en alguien. Está en todas partes y en toda relación.
Por un lado, no hay que confundir relaciones de poder con relaciones de dominación. En la primera, la producción, la clasificación, la serialización, la normalización a partir estrategias, tácticas y posiciones, son los efectos que producen. Dentro de sus características se menciona la movilidad, la inestabilidad, la indeterminación del poder, por lo que son modificables e invertibles. Y por ende, en ellas sólo pueden participar sujetos que son libres, por lo que pueden existir resistencia, oposición, lucha. (Cfr. Varela, Julia. Prólogo. pág. XI. En: Ball, John Stephen. Foucault y la educación. ) Por otro lado, se encuentran las relaciones de dominación. En ellas, existen asimetrías, inequidad, opresión, represión, en donde las libertades de los individuos se ven muy limitadas y hasta anuladas. Estos son sólo efectos colaterales de las relaciones de poder. (Cfr. Varela, Julia. Prólogo. pág. XI. En: Ball, John Stephen. Foucault y la educación.)
Foucault dice, “Así como la red de relaciones de poder concluye por construir un espeso tejido que atraviesa los aparatos y las instituciones sin localizarse exactamente en ellos, así también la formación del enjambre de los puntos de resistencia surca las estratificaciones sociales y las unidades individuales”. (Voluntad de saber, pág.117)
Cuando Foucault habla de relaciones de poder se refieren a todas esas relaciones que hacen al individuo. No se refieren a lo estrictamente “político” –conceptos como gobierno, gobernantes, partidos políticos, etc. -, sino a todas esas imbricaciones que existen en el quehacer cotidiano. En este sentido, Foucault parte del presupuesto de analizar estas relaciones para entender las relaciones de poder que están en todas partes. Es por esto, que al existir múltiples relaciones y centros de poder, existirán múltiples resistencias, luchas y confrontaciones dentro de la red de poder.
“Cada lucha se desarrolla alrededor de un centro particular de poder. Y si designar los núcleos, denunciarlos […], es una lucha, no se debe a nadie que tuviera conciencia, sino a que hablar de este tema, […], decir quién ha hecho, qué, designar el blanco, es una primera inversión del poder, es un primer paso en función de otras luchas contra el poder”. (Foucault. Microfísica del Poder, pág.85)
Que el poder se encuentre en todas partes no significa un foco único, centro global desde el que se despliega. El poder, en lo que tiene de permanente, de repetitivo, de inerte, de autorreproductor, no es más que el efecto de conjunto que se dibuja a partir de los múltiples focos, engranajes que posee. Es el encadenamiento que se apoya en todas ellas y que sólo es visible a partir de los efectos que produce.
En este sentido, habla de las tecnologías. Estas son instrumentos del ejercicio del poder. Se puede hablar básicamente de dos formas, que fueron impuestas a partir del siglo XVIII y XIX: la anatomía política y la biopolítca, tecnologías del cuerpo y tecnologías de población. Estas dos tecnologías buscan el control: el control del individuo desde las disciplinas y el control de las poblaciones, desde la biopolítica que así se convierte en control de y sobre la vida para la vida.
“Por un lado, depende de las disciplinas del cuerpo: adiestramiento, intensificación y distribución de las fuerzas, ajuste y economía de las energías. Por el otro, participa de la regulación de las poblaciones, por todos los efectos globales que induce. Se inserta simultáneamente en ambos registros; da lugar a vigilancias infinitesimales, a controles de todos los instantes, a arreglos espaciales de una meticulosidad extrema, a exámenes médicos o psicológicos indefinidos, a todo un micropoder sobre el cuerpo; pero también da lugar a medidas masivas, a estimaciones estadísticas, a intervenciones que apuntan al cuerpo social entero o a grupos tomados en conjunto”. (Voluntad de Saber, pág. 176)
Es decir, existe una red de bio-poder y de somato-poder que es al mismo tiempo una red a partir de la cual nace una práctica como fenómeno histórico y cultural en el interior de la cual nos reconocemos y nos perdemos a la vez, dentro de la cual nos constituimos sujetos y objetos a la vez.
4.-EL PODER Y LA DISCIPLINA: EL PANOPTISMO
El poder al ser una relación de fuerzas mostrará un campo de observación en la que las redes son visibles y analizables. Es en consecuencia, que el lugar en el que mejor se ven efectos de poder serán las instituciones. Pero también es el lugar donde se observan efectos de saber. Poder-saber, categorías que en Foucault no son idénticas pero íntimamente ligadas. Es más, se refuerzan mutuamente: el poder crea saber y saber otorga poder. “La institución será el lugar eminente donde el ejercicio del poder condición de posibilidad de un saber, y donde el ejercicio del saber se convierte en instrumento de poder”. (Foucault. Prólogo, pág. 18. En: Deleuze. Foucault.)
A partir de esta relación poder-saber, Foucault trabaja sus investigaciones sobre los cuerpos y las maneras que ella se insertan en los más mínimos detalles del cuerpo: su movimiento, sus gestos, sus expresiones, sus posturas, etc. Los efectos del poder tiene por objeto el cuerpo desde una forma capilar del poder. Las miradas del primero reposan sobre el mismo.
Durante el siglo XVIII, según Foucault, se ha conseguido una economía del poder. Es decir, liberar las estrategias de poder, buscar modos de control mejores y menos costosos, más minucioso y más capilar. De ahora en adelante, importa la escala de control, su objeto y su modalidad. El nivel de control, la eficacia y el tiempo es lo importante. “A estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad es a lo que se le puede llamar disciplina”. (Foucault. Vigilar y castigar: el Nacimiento de la prisión, pág.140)
El momento histórico de las disciplina es el momento en que surge un arte del cuerpo humano, cuyo único fin sería el aumento de su habilidades, o el hacer más pesada su sujeción, sino a la formación de un vínculo que, en el mismo mecanismo, los hace tanto más obediente cuanto más útil, y al revés.
Se forma entonces una política de las coerciones, de las presiones, que constituyen un trabajo sobre el cuerpo, una manipulación calculada de sus elementos, de sus gestos, de sus comportamientos. El cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora, la desarticula y lo recompone.
“Una anatomía política que es igualmente una mecánica del poder, está naciendo; define cómo se puede hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que ellos hagan lo que se desea, sino para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina”. (Vigilar y Castigar, pág. 141)
La anatomía política es el resultado de una multiplicidad de procesos que coinciden, se repiten o se imitan, se apoyan unos sobre otros, se distinguen según sus dominio de aplicación, entran en convergencia y dibujan poco apoco el diseño de un método general. Se los encuentra actuando en colegios, en hospitales, en las cárceles, en los colegios militares, en las fábricas, etc. Y siempre se han impuesto para responder a una coyuntura: una innovación industrial, enfermedades epidémicas, una revolución política, etc. (Cfr. Vigilar y Castigar, pág.142)
Estas ideas, Foucault las expone en la obra Vigilar y Castigar, en la que habla del sistema punitivo, pero no desde el punto de vista de la represión y el castigo, sino desde la racionalidad y el control. La mecánica del poder punitivo presenta una nueva economía del poder. El interés de castigar más y mejor, desde el mismo momento en que se ve que es mejor vigilar que castigar, se busca un modo más rentable, pero con los efectos más eficaces, en donde la localización, es espacio y el control puedan producir los efectos de normalización que desea. (Cfr. Microfísica del poder, pág.88)
De esta manera, la penalidad normalizadora atraviesa todos los puntos, y controla todos los instantes de las instituciones disciplinarias, compara, diferencia, jerarquiza, cuadricula, homogeiniza, excluye. En una palabra normaliza.
El ejercicio de la disciplina supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un aparato en el que las técnicas que permiten ver inducen efectos de poder y donde el rechazo de los medios de coerción hacen claramente visibles aquellos sobre quienes se aplican (Cfr. Vigilar y Castigar, pág. 175). Así surge la máquina “el panóptico”. Una mirada totalizante y englobante, que lo ve todo y lo controla todo. Es el ojo del poder.
Foucault menciona que “la sociedad contemporánea puede ser denominada una sociedad disciplinaria”. (Foucault. La verdad y las formas jurídicas, pág.26). La formación de la sociedad disciplinaria puede ser caracterizada por la aparición, a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, de dos hechos contradictorios, o mejor dicho, de un hecho que tiene dos aspectos, dos lados que son aparentemente contradictorios: la reforma y la reorganización del sistema judicial y penal en los diferentes países de Europa y el mundo.
Surge una incógnita, ¿Por qué es tan importante la Reforma Judicial y Penal? Por el simple hecho de que la máquina panóptica, surge gracias a esta coyuntura. Bentham, propone una cárcel, una estructura arquitectónica en el que este permanentemente y con certeza, la sintomatología de ser visto, de ser observado, pero sin la posibilidad de verificarlo. Esto mismo se transfiere a la sociedad. Es la imagen de la sociedad o ésta es la imagen de la cárcel. (Cfr. Vigilar y Castigar, pág. 205.)
El panóptico es una máquina de disociar la pareja ver-ser visto: en el anillo periférico, se es totalmente visto, sin ver jamás; en la torre central, se ve todo, sin ser visto jamás. Es la máquina cuyo efecto de poder jamás es ineficaz puesto que el que esta sometido en ella está en un campo de visibilidad, y que reproduce por su cuenta las coacciones del poder; las hace jugar espontáneamente sobre sí mismo; inscribe en sí mismo la relación de poder, por lo que se convierte en el principio de su propio sometimiento. (Cfr. Vigilar y Castigar, págs. 204-208)
“Este tipo de poder bien puede definirse con el nombre de panoptismo: vivimos en una sociedad en la que reina el panoptismo. Este es una forma de saber que se apoya ya no sobre una indagación sino sobre algo totalmente diferente que yo llamaría el examen.” (La verdad y las formas jurídicas, pág.29)
La máquina panóptica posibilita la vigilancia permanente, de alguien sobre otros, y así ejercer poder. Por este solo hecho, no tiene la posibilidad de vigilar solamente, sino de constituir un saber sobre aquellos a quienes vigila. Este saber ya no se caracteriza por determinar si algo ocurrió o no; sino que trata de verificar si alguien se conduce o no como debe, si cumple con las reglas, si progresa o no, etc.
Este saber es un nuevo saber totalmente diferente, un saber de vigilancia, de examen, organizado alrededor de la norma por el control de los individuos durante toda su existencia. Esta es la base del saber, la forma de saber-poder que dará lugar ya no a grandes ciencias de observación, sino a lo que hoy conocemos como las ciencias humanas: psiquiatría, psicología, sociología, etc. (La verdad y las formas jurídicas, pág. 29).
El panoptismo es una forma de poder que se ejerce sobre los individuos a la manera de vigilancia individual y continua, como control de castigo y recompensa y como corrección, es decir, como método de formación y trasformación de los individuos en función a ciertas normas. Estos tres aspectos – vigilancia, control y corrección – constituyen una dimensión fundamental y característica de las relaciones de poder que existen en nuestra sociedad.
Como conclusión, se puede decir que el panóptico es el “principio general de una nueva “anatomía política” cuyo objeto y fin no son la relación de soberanía sino las relaciones de disciplina” (Vigilar y Castigar, pág.212). El panóptico muestra y demuestra las relaciones de poder existentes en la realidad. Observa, controla, mira, ordena y castiga. Una sutil forma de convertir cuerpos revelados y revolucionarios, en cuerpos dóciles y sumisos.
BIBLIOGRAFÍA
a.- Fuentes del autor:
1. Foucault, Michel. Arqueología del Saber. Buenos Aires: Siglo XXI, 2002.
1. ……………... Defender la sociedad. Curso en el Collège de France (1975-1976). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000.
2. ……………... El ojo del Poder: Entrevista a Michel Foucault. Barcelona: La piqueta, 1980.
3. ……………... El sujeto y el Poder. [Consultado el 05 de enero de 2009] Disponible en: www.philosophía.cl
4. …………….... Genealogía del Racismo. La plata: Altamira, 1996.
5. ……………... Historia de la Sexualidad: la voluntad de Poder. Tomo1. Madrid: Siglo XXI, 1977.
6. ……………... La verdad y las formas Jurídicas. Barcelona: Gedisa. 1996.
7. ……………... Los anormales: Curso en el Collège de France (1974-1975). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000.
8. ………………Microfísica del Poder. 2ª ed. Madrid: La piqueta, 1979.
9. ……………….Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. México: Siglo veintiuno ,2004.
b.- Otras fuentes:
1. Alvarez Yágüez, Jorge. Michel Foucault, verdad, poder, subjetividad: la modernidad cuestionada. Madrid: Ediciones Pedagógicas ,1995.
2. Chartier, Roger. El poder, el sujeto, la verdad: Foucault lector de Foucault. p.100-127. En su: Escribir las prácticas: Foucault, de Certeau, Marin. Buenos Aires: Manantial, 1996.
3. Deleuze, Gilles. Foucault. Buenos Aires: Paidós ,1987.
4. Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía [CDRom]. Lisboa: Don Quijote, 1978.
5. Lanceros, Patxi. Michel Foucault: poder y sujeto. p.17-34. En: Revista de filosofía Anthropos. Julio-Diciembre, 1995.
6. Martínez Riu, Antoni y Jordi Cortés Morató. Herder. Diccionario de Filosofía [CD Rom]. Barcelona: Herder, 2008.
7. Murillo, Susana. Verdad e historia en Michel Foucault. p.159-176. En: Augusto Pérez Lindo. El problema de la verdad: I. Estudio sobre Platón, Aristóteles, Nagarjuna, Descartes, Hegel, Marx, Nietzsche, Foucault. Buenos Aires: 1991.
8. Virasoro, Mónica. Verdad y poder en Michel Foucault. p.177-186. En: Augusto Pérez Lindo. El problema de la verdad: I. Estudio sobre Platón, Aristóteles, Nagarjuna, Descartes, Hegel, Marx, Nietzsche, Foucault. Buenos Aires: 1991.
[1] Althuser, Louis(1918-1991): Nace en Birmandréis. Realizó sus estudios en Argel, Marsella, Lyon y en la École Normal Supérieure de París. Fue prisionero por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Althuser, recurre al estructuralismo para entender las lecturas sobre Marx. Las teorías de Althusser tuvieron una honda repercusión en los planteamientos teóricos del marxismo de los años setenta, de un modo especial entre los grupos de estudiantes denominados “maoístas”. Cfr. Martínez Riu, Antoni y Jordi Cortés Morató. Herder. Diccionario de Filosofía [CD Rom]. Barcelona: Herder, 1996.
[2] La traducción castellana de este libro: Raymond Roussel, el nacimiento de la clínica.
[3] Su traducción castellana: Las palabras y las cosas.
[4] Es denominado Mayo Francés a una serie de revueltas de estudiantes en Francia durante el mes de mayo de 1968, en la que Foucault participó muy de cerca. Cfr. Diccionario Encarta [CD Rom]. Microsoft Encarta. 2008.
[5] Arqueología del Saber, es la traducción castellana de este libro.
[6] Esta cátedra fue creada el 30 de noviembre de 1969, tras una propuesta de Jules Vuillemin, por una asamblea de profesores del Collège de France en reemplazo de otra: “Historia del pensamiento filosófico”. Foucault fue nombrado por la misma como el titular de la cátedra el 12 de abril de 1970, a la edad de 43 años.
Su primera lección la dio el 2 de diciembre de 1970. En total, serían 26horas cátedras por año. Los interesados podían participar libremente en esos cursos, sin ningún costo. No requería ni inscripción ni título. Cfr. Foucault, (advertencia) Los anormales. pág.7.
[7] Vigilar y Castigar, el nacimiento de la prisión, traducción castellana de esta obra.
[8] Historia de la Sexualidad. Esta obra, desde un principio, fue planeada para ser editada en cinco tomos; empero, sólo fueron terminados tres tomos: Historia de la sexualidad: la voluntad de saber, Historia de la sexualidad: el uso de los placeres, e Historia de la sexualidad: la inquietud de sí, respectivamente. He aquí la razón por la que la obra fue nominada “interminada”.
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